Puede que para muchas personas el orden sea una consecuencia natural de su manera de hacer las cosas. Sin embargo, para muchos otros, mantener el orden en casa es un verdadero reto que suele desembocar en preocupaciones, frustraciones y absoluto estrés.
No todos somos capaces de preservar la organización en el hogar: el trajín cotidiano, la presencia de niños y juguetes, la dejadez y otras circunstancias personales pueden hacer que en nuestra casa se acumulen objetos y más objetos. Si tienes ropa lavada y por lavar por distintos rincones de la casa, si no puedes recibir visitas inesperadas porque tienes todo patas arriba o sueles perder cosas todos los días, necesitas un consejo amigo.
En realidad, para mantener el orden en casa no hay truco mágico que valga. Las personas que tienen y mantienen su casa ordenada son constantes y disciplinadas. Solo de este modo consiguen preservar el bienestar en su hogary que en lugar de reinar el caos, reine el orden y el bienestar. ¿Tú también estás dispuesto a conseguirlo? Estos diez gestos te ayudarán.
Una de las razones más comunes por las que se produce el desorden el casa es por no guardar los objetos después de usarlos. A los niños les pedimos que guarden el juego cuando han terminado de jugar. Y nosotros tenemos que hacer lo mismo. ¿Que ya hemos terminado el café? Pues llevamos la taza a la cocina. ¿Que nos quitamos la chaqueta? Pues la guardamos en el armario. ¿Que nos hemos quitado los calcetines? Pues fácil: los dejamos en la esta de la ropa sucia. Y así con todo.
Es una costumbre muy sencilla y te ayudará a dejar tu habitación ordenada a primera hora de la mañana. Después de levantarte, hacer tus necesidades y airear la habitación, hazte la cama. Verás que es cuestión de minutos y que el gesto hace que la habitación luzca casi completamente recogida.
Ropa sucia en las habitaciones, en el baño y vete a saber en qué otros rincones de la casa. Soluciona este caos fácilmente, habilitando un cesto para la ropa sucia en cada habitación. No hace falta que sea muy grande. Incluso los encontrarás bonitos y estéticos, para que todas las personas que viven en tu casa dejen la ropa sucia en el lugar que corresponde y no tirada por ahí.
El baño es una de las estancias de la casa que más se ensucia, porque lo usamos todos los días. Y en este concurren muchísimos objetos, como botes de productos, toallas, ropa, enseres de belleza, etcétera. En cuanto termines tu rutina de higiene diaria, recoge. Ten a mano un spray limpiador y una mopa, con los que puedas dejar la ducha, el inodoro y el lavabo limpios. Recoge la ropa y los productos. ¡Verás qué sensación!
Otra zona de la casa que sufre los efectos del uso diario es la cocina. Ensuciamos y desordenamos infinidad de cacharros en menos de lo que canta un gallo. ¡A veces para cocinar unos sencillos espaguetis! Un truco muy práctico para tenerla siempre a punto es recoger y limpiar justo después de haber cocinado y antes de sentarte a la mesa. Verás que en cuanto terminas de comer no te da pereza terminar de lavar los platos que quedan y que en un momento lo tienes todo listo.
Un error frecuente y muy anti higiénico es dejar los platos sucios de la cocina sobre la encimera o en el fregadero. Sigue a pies juntillas el consejo anterior y verás que no te cuesta dejar la vajilla lista y la cocina limpia para el siguiente uso. No hay nada más desagradable que entrar en una cocina con pilas de platos sucios y nada tan reconfortante como encontrártela recogida y con olor a limpio.
Si tus objetos no tienen un lugar de destino difícilmente podrás ubicarlos y siempre estarán por el medio. Habilita distintos espacios fijos para las llaves, los paraguas, los zapatos, las bufandas, los calcetines, el mando a distancia, los libros que tienes pendientes, el reloj de pulsera, los anillos, el bolso, el cepillo del pelo, la crema de manos… Tan sencillo como eso. Si cada objeto tiene un sitio, te resultará fácil devolverlo al instante.
¿Colada lista? Pues no pierdas más el tiempo. Déjala doblada y guárdala enseguida. Uno de los lugares comunes del caos está precisamente en las coladas. Pilas y pilas de ropa suelen acumularse en cestos, sillas y otros lugares insospechados a la espera de ser doblada o planchada. No dejes para mañana la ropa que puedas doblar hoy. Se notará.
Es cierto que ahora no llegan tantas cartas a casa, pero el papeleo acumulado sigue siendo un problema. Revistas, periódicos, folletos promocionales, etcétera. Lo mejor que puedes hacer es pasar todos tus suministros a facturas electrónicas y revisar todos los días todo lo que llega a tu casa. Lee y conserva solo aquello que necesitas y tira lo que no sirva.
Un gesto rutinario que puedes hacer y que agradecerás enormemente cada mañana es ordenar el salón antes de irte a dormir. Puedes hacerlo justo antes de sentarte en el sofá y descansar por la noche. Verás que así tu hogar te resulta mucho más agradable. En cuanto te acostumbres a hacerlo todos los días, verás que ya no puedes dejar el hábito y tu vida con respecto al orden mejora sustancialmente.